El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad, contradicción, concentración, continuidad e inmediación.
Entre sus principios generales resaltan los siguientes:

El proceso penal tendrá por objeto el esclarecimiento de los hechos, proteger al inocente, procurar que el culpable no quede impune y que los daños causados por el delito se reparen.
Toda audiencia se desarrollará en presencia del juez quien no haya conocido antes del juicio.
La carga de la prueba para demostrar la culpabilidad corresponde a la parte acusadora, conforme lo establezca el tipo penal.
Cualquier prueba obtenida con violación de derechos fundamentales será nula.
A toda persona imputada se le presume su inocencia mientras no se declare su responsabilidad mediante sentencia emitida por el juez de la causa.
Toda persona imputada debe ser juzgada en audiencia pública por un juez o tribunal.
Toda víctima u ofendido tiene derecho a recibir asesoría jurídica; ser informado de los derechos que en su favor establece la Constitución y, cuando lo solicite, ser informado del desarrollo del procedimiento penal.

REFORMA PENAL DEL 2008